SIGMUND FREUD

Pionero neurológo austríaco, fundó el psicoanálisis y revolucionó la compresión de la psicología humana. Sus Teorías sobre los sueños, la sexualidad y el inconsciente dieron forma a la psiquiatría moderna.

Hablemos de un hombre que se tomó en serio un sueño y cambió así el curso del cristianismo. Fue el padre terrenal de Jesús, José.

Según la Biblia, cuando se enteró de que su prometida María estaba embarazada, estuvo a punto de abandonarla discretamente. Imagínate: la historia de la Navidad podría haber acabado ahí.

Pero una noche, José tuvo un sueño vívido. Un ángel se le apareció y le confirmó que María no decía más que la verdad sobre su embarazo. José le creyó y el resto es historia.

Se considere o no cierta esta versión de los hechos, demuestra que los sueños se han considerado mensajes trascendentes desde hace milenios.

«A veces, la ciencia pretende demostrar lo que la gente sabe por intuición.» ~ Sigmund Freud

A lo largo de sus años de práctica terapéutica e investigación, Sigmund Freud demostró que los sueños son el camino real hacia el inconsciente humano. Creía que todos tienen un significado, aunque a veces esté oculto tras símbolos. Además, desarrolló métodos para descifrar las visiones nocturnas.

¿Tienes curiosidad por echar un vistazo a tu inconsciente y descubrir el significado de tus sueños más locos? Entonces, ¡quédate por aquí!

Compartido de Hasta finales del siglo XIX, la mayoría de los psicólogos pensaban que los sueños no tenían sentido. Creían que eran una actividad cerebral aleatoria o que estaban causados por comer en exceso antes de acostarse. Pero Freud tenía una idea diferente.

A través de su trabajo en torno al psicoanálisis, determinó que los sueños tienen una relación directa con deseos ocultos, miedos y conflictos no resueltos. No lo descubrió por casualidad. Estudió los de sus pacientes mediante la observación y la reflexión.

Cuando alguien le contaba un sueño, Freud le pedía que observara los sentimientos o recuerdos que le suscitaba. El ejercicio se parecía a la terapia clásica: el paciente se tumbaba en un diván, cerraba los ojos y contaba todo lo que le venía a la mente. La regla clave era no darle muchas vueltas ni juzgar esos pensamientos. Esta estrategia ayudó a desvelar imágenes e ideas inesperadas que aportaban nuevas pistas.

Después, a través de la reflexión, el médico austríaco y sus pacientes analizaban los símbolos presentes en ellos. Una rosa podría ser para alguien los recuerdos de su infancia en el jardín de su abuela, mientras que una sombra oscura podría simbolizar el miedo o un trauma pasado.

Durante la fase de observación, Freud notaba que los rostros de sus pacientes estaban tranquilos, como si estuvieran durmiendo. Creía que este estado los ayudaba a bajar la guardia y conectar con pensamientos enterrados en lo más profundo de su mente.

En otras palabras, nuestro cerebro racional puede ocultar sentimientos, miedos o deseos en el inconsciente mientras estamos despiertos. Pero estos mensajes ocultos salen a la superficie cuando el cerebro consciente descansa. Ahí es donde nacen los sueños.

«La racionalidad se convierte en un defecto cuando te impide escuchar a tu alma.» ~ Sigmund Freud

Al relacionar los sueños con el estado de vigilia, Freud demostró que esconden información valiosa sobre quiénes somos. Creía que cada sueño y cada símbolo tienen un significado.

Incluso sugirió algo sorprendente: todos los sueños —incluidas las pesadillas— contienen un deseo oculto, aunque a veces esté magistralmente escondido. Pero, ¿cómo se pueden descifrar en medio de las horribles visiones nocturnas? Analizaremos esta idea en el siguiente punto clave.

¿Te ha pasado alguna vez? Oyes el despertador, pulsas el botón de posponer la alarma y te ves preparándote para el día, cepillándote los dientes y haciéndote un café. Entonces, abres los ojos y te das cuenta de que sigues en la cama.

Este es un ejemplo sencillo de un sueño cumplido. Quieres tener la fuerza de voluntad para levantarte, así que tu cerebro te ofrece esa ilusión mientras tu cuerpo sigue disfrutando del calor bajo la manta. En pocas palabras, esto explica la teoría de Freud de que todos los sueños expresan un deseo hecho realidad.

Sin embargo, la gente rara vez quiere interpretarlos. Lo más interesante es saber qué tienen que ver los aterradores o disparatados con los deseos. Exploremos esto más a fondo.

Mientras tu cerebro consciente descansa, los sueños pueden recordarte tus anhelos reprimidos que podrían ser incómodos o socialmente inaceptables. Debido a estas circunstancias, los escenarios pueden ser absurdos o espeluznantes.

Por ejemplo, un adolescente que sueña que suspende un examen puede desear inconscientemente la atención y la simpatía que el suspenso podría reportarle. Aunque el sueño parezca desagradable, podría reflejar un deseo oculto de apoyo.

(…) la actitud del soñador ante sus deseos es peculiar: los rechaza, los censura, en definitiva, no los quiere. ~ Sigmund Freud

Algunos deseos son demasiado importantes para que tu cerebro no despierte. Entonces el inconsciente los enmascara para proteger el descanso a través de lo que Freud llamó distorsión onírica.

Por ejemplo, alguien que tiene sentimientos agresivos hacia su hermana. En un sueño, podría estar corriendo detrás de un extraño. Es muy posible que la hermana haya sido «desplazada» por un desconocido en la versión onírica, lo que permitiría que la agresión aflorara sin culpa.

«Al subconsciente le encantan los detalles. Hay significado en los fragmentos más imperceptibles de tus sueños.» ~ Sigmund Freud

Incluso las pesadillas son deseos cumplidos, aunque a menudo reflejen anhelos más complejos o contradictorios. Si alguien tiene un sueño en el que resulta herido, paradójicamente podría señalar ganas de aliviar la culpa. Podría ser que esa persona hubiera hecho conscientemente algo malo y, como método de expiación, deseara ser castigada para «pagar» por ello.

Puede que, llegados a este punto, tus sueños te parezcan arte contemporáneo. Te preguntarás por qué tienen que ser tan retorcidos y abstractos.

Intenta verlo de otra manera. ¿Y si las cosas que no entiendes te invitaran a vivir una experiencia que te descubrirá la belleza y la complejidad de tu cerebro?

«El significado de los sueños es como una paloma sobre tu hombro. Aplica el escepticismo y la ahuyentarás.» ~ Sigmund Freud

Freud afirmó claramente que los sueños no revelan su verdadero significado sin más. Porque la mente inconsciente transforma los pensamientos y sentimientos ocultos en formas simbólicas, menos amenazadoras, mediante un proceso extraordinario que él denominó trabajo onírico.

Esta transformación ayuda a que los mensajes inconscientes traspasen las barreras de la mente consciente mientras el soñador permanece dormido. Básicamente, tu subconsciente crea enigmas para que puedas dormir esas necesarias siete u ocho horas.

  • Condensación. Es el proceso de fusionar múltiples pensamientos, sentimientos o personas en una sola imagen o idea. Puede que sueñes con una sola persona que, de algún modo, parece una mezcla de tu mejor amigo, un profesor y un hermano. Cada elemento contribuye al significado oculto del sueño.
  • Desplazamiento. Aquí se traslada el peso emocional de algo importante a algo menos intenso, haciendo que el sueño resulte más seguro para el durmiente. Perder las llaves puede reflejar el temor a perder algo mucho más importante, como una relación o la sensación de control.
  • Simbolismo. En lugar de expresar directamente pensamientos tabú o incómodos, el inconsciente los envuelve en imágenes simbólicas. Por ejemplo, subir una escalera puede representar el esfuerzo por alcanzar el éxito.
  • Revisión secundaria. Cuando te despiertas y recuerdas un sueño, tu mente intenta darle sentido y organiza los fragmentos dispersos en una historia coherente.

«(…) la existencia de símbolos en los sueños no solo ha facilitado su interpretación, sino que también la ha dificultado.» ~ Sigmund Freud

A través de su trabajo, Freud intentó explicar cómo el inconsciente disfraza astutamente sus mensajes, creando sueños ricos en percepciones. En última instancia, todos estos recados ocultos podrían serte útiles si te acercas a los sueños con curiosidad.

Si le pidieras a Sigmund Freud que interpretara un sueño tuyo, probablemente te diría que solo tú puedes hacerlo.

Antes de que le preguntes airadamente que entonces para qué le has pagado, vamos a explicarte su original método de interpretación.

Freud inventó una técnica llamada asociación libre, que fue innovadora para su época. Las perspectivas anteriores se basaban en símbolos fijos o significados predeterminados, como que la manzana era el signo de la tentación o que el jardín representaba el alma o el corazón.

Freud creía que ceñirse a ellos no era suficiente. Planteó que el significado de un sueño se encuentra en el contexto de las experiencias, sentimientos y emociones personales de quien lo tiene. En otras palabras, los sueños te hablan en un lenguaje profundamente íntimo de tus asociaciones.

Así es como funcionaba la asociación libre en sus sesiones de terapia: Freud pedía al soñador que se centrara en un elemento específico de su sueño y expresara cualquier pensamiento, sentimiento o recuerdo que le viniera espontáneamente a la mente, por irrelevante o extraño que pareciera. Lo presentamos antes como observación. Estas asociaciones, argumentaba, eran vías para descubrir el significado oculto del sueño.

«Tus sueños son exclusivamente tuyos. No pasa nada si solamente tú los entiendes.» ~ Sigmund Freud

Tomemos el caso de alguien que sueña con una puerta cerrada. En lugar de asumir un significado universal de «oportunidad bloqueada», Freud le animaría a explorar asociaciones más personales. Tal vez le recuerden a sentirse atrapado en una casa de su infancia o a un incidente concreto en el que no pudo entrar en una habitación. A través de este proceso, el valor más profundo del sueño se hace evidente: podría reflejar sentimientos de exclusión o miedo al rechazo.

El método de Freud destacaba por su flexibilidad y su enfoque individual. En lugar de utilizar un «diccionario de sueños», sugería a sus pacientes que excavaran en su mundo interior.

Así, desentrañar los sueños resultó ser un proceso más clarificador. El método de asociación libre permitía una exploración más rica de la mente inconsciente y los deseos ocultos. Pruébalo la próxima vez que tengas un sueño vívido.

Si tus sueños fueran películas, tu cerebro sería un director genial, como Christopher Nolan. Ahora bien, ¿de dónde saca tu mente la inspiración para esas visiones nocturnas?

Según Freud, el cerebro recurre a una fascinante mezcla de fuentes para crear el rico mundo simbólico de los sueños. Identificó varios depósitos clave de material onírico que muestran cómo la mente inconsciente entremezcla fragmentos de tu vida interior y exterior. Estos son:

  • Restos diurnos. Freud creía que los sueños suelen comenzar con «restos diurnos», o impresiones sobrantes de experiencias recientes. Pueden ser pequeños detalles aparentemente insignificantes —como una conversación, una imagen o un pensamiento fugaz— que la mente capta durante el día. Por ejemplo, ver un perro al pasar puede provocar un sueño en el que te persigue una manada de lobos.
  • Conflictos emocionales no resueltos. Los sueños suelen sacar a relucir problemas latentes y emociones reprimidas. Freud sostenía que, enterrados en la mente inconsciente, se manifiestan en ellos. Por ejemplo, la ansiedad por un acontecimiento próximo puede resurgir en forma de un sueño en el que uno se pierde en un laberinto.
  • Recuerdos de la infancia. Freud hacía hincapié en que las experiencias de la primera infancia moldean significativamente el inconsciente. Los sueños a menudo toman prestados símbolos o temas de estos años de formación, ya que la mente los utiliza para procesar anhelos o miedos existentes.
  • Estímulos externos durante el sueño. Freud observó que los sonidos, las sensaciones u otros estímulos externos pueden influir en el contenido de los sueños. Un ruido fuerte podría colarse en un sueño sobre una explosión, o una brisa fría podría convertirse en un paisaje onírico nevado.
  • Deseos reprimidos. Como sabes, en el corazón de la teoría de Freud está la idea de que los sueños permiten que afloren, a menudo de forma disfrazada. Inaceptables en la vida de vigilia, se transforman en imágenes simbólicas, creando una extraña composición.

«Pasamos por alto muchas cosas importantes, pero tu cerebro te recuerda que te fijes en ellas mientras duermes.» ~ Sigmund Freud

Para reconocer su mérito, digamos que la mente humana es tan creativa y trabajadora que ningún director de cine podría competir con ella.

¿Sabías que…? Los seres humanos pasan una media de seis años soñando. Los sueños suelen durar desde apenas unos segundos hasta más de treinta minutos.

Según Sigmund Freud, los sueños son una puerta de acceso a la mente inconsciente, que ofrece información sobre quién eres y qué valoras, temes o deseas profundamente.

Así que, si nunca les has prestado atención, quizás sea hora de hacer caso a tu subconsciente. Y si sientes curiosidad por tus visiones nocturnas, prueba los métodos originales sugeridos por este precursor austríaco.

Prueba esto

  • Anota tus sueños. Ten un diario junto a la cama para apuntar los detalles en cuanto te despiertes. Podrás así volver a ellos y encontrar nuevas pistas.
  • Practica la asociación libre. Piensa en un símbolo o elemento de tu sueño y escribe cualquier pensamiento o emoción que te provoque sin analizarlos ni evaluarlos.
  • Presta atención a los «restos del día». Observa cómo influyen en tus sueños los acontecimientos o emociones recientes. Quizá te estés perdiendo algún hecho o indicio importante.
  • Explora tus emociones. Céntrate en los sentimientos que evocan tus sueños y no los juzgues. A veces, incluso escenas terroríficas pueden provocar sensación de alivio. Estará bien porque se trata de tu sueño y de tu mensaje.

RESUMEN DEL LIBRO

La interpretación de los sueños de Sigmund Freud, COMPRALO.

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